lunes, 16 de abril de 2007

¡Camarero! ¡Una de valores morales por favor!


Aquella vez me enamoré de ti. El otro día lo recordé y sentí tristeza. Si te seduje o no, es algo que guardas en la caja fuerte de tu alma y que jamás verá la luz, por estar ésta totalmente blindada. Es cierto que eran tiempos difíciles para nosotros, sobretodo porque tu amor por ella era coherente (y utilizo coherente porque nunca, por mucho que pretendan hacerme creer lo contrario, pensaré que era verdadero, tan sólo era un amor precocinado, preparado y listo para servir en cinco minutos). No comprendía que tenía que no tuviera yo. Ella era una niña, inmadura, caprichosa, egoísta, yo te ofrecía sentimientos reales. Los deposité en mi bandeja de plata y tú rehusaste probarlos por moralidad. Ahora lo entiendo. No, no lo comprendo, es sólo que hace tiempo me resigné. Y un buen día, charlando del tiempo, las costumbres y otros derivados más banales me expones tus dudas, me haces saber que ya no estás seguro de quererla y que todo ello se debe a que una vez tus sentimientos se confundieron por una vieja amiga. ¿Qué pretendías con eso?, ¿remover las cenizas del pasado? Llegaste tarde, y hoy me miras con un odio oculto. Se trata de todo aquel que alberga tu corazón por el pudo ser y no fue. Deja tu ira para otros, yo prefiero la dulzura de la amistad. Ese es el único vínculo que nos une ahora y si no te agrada fue entonces cuando debiste tirar la ética por la borda; ser un hombre y tomar una decisión, pero te venció la cobardía y no puedes digerir mi indiferencia. En esta vida uno no puede optar a todo; unas veces se pierde y otras se gana. Tú perdiste la batalla el día que elegiste no empezar la guerra. Para mí ya eres solamente el recuerdo y al presente soy feliz de otra manera, muy lejos de ti, y si lo que tengo en estos momentos es bueno es por que arriesgarse trae como contrapartida la fortuna.

La novedad no tiene nada de malo y menos si te das de bruces con ella. Elige el mejor pretexto que se te ocurra e inicia algo, cuanto más retorcido y descabellado mejor. ¿No dijo alguien que de las tonterías surgen las grandes ideas? Paradójicamente de un elaborado concepto de superioridad nació el mayor holocausto de todos los tiempos. Pues entonces no partamos de lo grande, empecemos por lo pequeño y si es novedoso mejor que mejor. Fuma, bebe y haz el amor, puede que mientras lo haces descubras la vacuna contra el sida o puede que solamente seas un poco más feliz, pero de todos modos muévete. Si la gente se muere de hambre y nosotros lo tenemos todo dado entonces lo último que podemos hacer es quejarnos, mucho mejor que eso: ¡VIVAMOS! Al próximo que me diga que las tostadas del desayuno estaban insípidas le compro un billete a Nigeria. Todos lloramos o fingimos pesadumbre ante la desgracias, deja las lágrimas para cuando te aburras coge un lápiz y escribe un poema, tal vez quien lo lea se emocione. Aprende a poner una lavadora porque el mundo da vueltas a todas horas. Estudia para ganar dinero, nadie te lo impide, en el fondo sabios son todos los que se lo proponen pero después no llores ante la miseria, no llores porque no te lo mereces. Lee y aprende porque sólo así podrás llegar a todos los rincones, y una vez ahí en una triste esquina fúmate un habano y bébete un Jack daniel’s, será en ese instante cuando comprendas que la vida son dos días y que todo el impasible caduca. Un segundo después llora.

Ana te adoro por inspirarme


La perfección no existe. Es como una de esas verdades universales. Sin embargo, a ojos del enamorado su amante siempre lo es, tal vez sea porque saborear despacito las imperfecciones hace que esa persona resulte deliciosamente perfecta. Puede que el concepto no se resuma sino a saber encontrar la felicidad en las lacras de cada uno.
Antes, y me refiero a tiempos memorables en los que yo ansiaba serlo y luchaba en mi rutina por conseguirlo, no era feliz, sólo obtenía pequeñas satisfacciones con cada nuevo éxito escolar, laboral, familiar… Puede que el día en que decidí no seguir peleando por ello empecé a ser un poco más feliz. Pensaba que ser la mejor en todo me obsequiaba con esa seguridad que me permitía obtener aquello que me propusiera. Si conjugando todas las cualidades del mundo y condensándolas en mi persona hubiera sido capaz de abastecer todos mis deseos ahora sería probablemente desgraciada, porque, ilusa de mí, eso no sólo resulta del todo imposible sino que el peligroso camino para lograrlo hubiera acabado con mi persona y me hubiera hecho obsesiva. Es por eso que cuando hoy me piden que me defina, he decidido cambiar el antiguo epíteto de perfeccionista por el de complicada. Ser complejo o costoso de desenmarañar es mucho más divertido. Si alguien no entiende porque me gusta ir a Santa María a rezar o porque entre mis predilecciones musicales está Vivaldi ya no tengo que excusarme, porque ya no busco perfección. Soy como soy, y sin duda soy feliz.
A todos aquellos que me oigan balbucear que tengo connotaciones masculinas para ciertos temas, por favor no tener en cuenta, son resquicios de mi antigua personalidad, son sólo intentos de responder a mis faltas como mujer imperfecta. Porque es cierto, tengo que reconocerlo, debería ser más femenina, más sentimental, debería obsesionarme con mi cuerpo y mi imagen (véase leer menos y chupar horas y horas de supermodelo 2007), desterrar mis camisetas deportivas extragrandes al fondo del armario, ¿pero eso no sería intentar ser una chica perfecta? Ups! creo que entonces seguiré luciendo prendas masculinas y postergando el certamen de miss mundo para cuando pasen a llamarlo miss cultura general.

Oda a Kafka


¡Y qué si fumo mucho! ojalá me perdiera en un mundo lleno de cajones. En cada uno guardaría una fotografía de cada momento. He cambiado tanto… ¿yo o mi vida? ¿Al fin y al cabo no es lo mismo? Pues no, aunque yo me rio de todos los que dicen que la metamorfosis es imposible. No siempre es de un gusano a una bella mariposa pero el gusano es la laboriosidad del camino hacia la transformación y la mariposa la culminación de la felicidad, ergo ¿no es uno igual de bello que el otro? Lo que es ineludible es el sufrimiento, que soso este mundo sin padecer, así no lucharíamos por ser mejores y por hacer un poco más dichosos a aquellos que nos rodean. De modo que hoy a todos los que padecen desamor, o a aquellos que están enfermos o para los que sufren de egoísmo o impiedad, yo les digo, no desesperéis, calzaros unos buenos zapatos porque para alcanzar la luna antes tenemos que visitar muchas estrellas. Y si encontramos la puerta cerrada entonces entremos por la ventana, lo importante es persistir porque el dolor no es eterno, un buen día sin más desaparece. Dedícale a todo el mundo tu mejor sonrisa, porque aquel que te quiere la apreciará, pero aquel que te odia la valorará mucho más.