domingo, 22 de julio de 2007

Mi querido psicópata malcriado


Es justo en ese momento. Cuando la imaginación tiende a jugarte una mala pasada juzgas todo cuanto en un suspiro se te pueda ocurrir hacer con tu vida, aunque desde cualquiera de las esquinas que te rodean la voz del burlesco conocedor del fracaso te recita la fórmula que te hará gozar con cada error al caminar.

El error de erigir una personalidad en base a un comentario, de cuestionar cuantas burdas ideas te avasallen la mente, de reir un par de veces la misma descabellada iniciativa. Es en ese momento cuando remar a contracorriente suele dar el resultado esperado, la desaprobación de tu diablo y mentor. Pues quien quiera enfrentarse a esa malévola sonrisa que le encare con una sarta de oraciones, que yo bien advertido estoy de lo fuerte que muerde ese maldito cerdo. Joder. "El rey de cuantos fracasos puedas concebir en tu miserable vida", me decía aquella mañana.

Y es justo en ese momento cuando gozoso se acerca a tu oido derecho y te alenta a tirarte por esa cornisa a la que estás subido. Justo en ese momento.