Resquicios de UN escritor insensato. Soy un ser desaconsejable, algunos me llaman cáncer, no porque tenga un poder destructivo sino con connotaciones adictivas. Si mi sangre es caliente es porque la pasión recorre mis venas. Esa es la droga que hace que tu corazón lata rápido y lento al mismo tiempo, puedes llamarlo amor pero es algo más insustancial que eso, es adición. Sin un horizonte definido sin un norte declinante, estoy perdida pero conozco el trazado de mis pasos en cada instante. Sé religiosamente lo que deseo y eso es en esencia lo que me hace más peligrosa, ¿por qué? Porque hasta que no resuelvo solucionar todos y cada uno de los bretes en que me embarco no ceso en intentarlo. No recurro a ultrajes para salvarlos; jamás abatiría a nadie para poder llevar a cabo mis deseos, sólo empleo sutilmente todas mis armas que por ser de mujer son las más resbaladizas y pavorosas del mundo.
Saborearía con deleite ser un ente misterioso, sin embargo si me prestara a serlo quizá sería menos secreta de lo que soy al no proponérmelo.